La revisión del último ejercicio fiscal registrado por las grandes tecnológicas mundiales (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) ha generado polémica ya que pese a percibir mayores ganancias respecto al año anterior, todas ellas pagaron menos en el impuesto de sociedades.
El problema radica en que hacer que estas grandes multinacionales paguen impuestos es muy complicado porque todas ellas cuentan con unas estructuras, repartidas en distintos países, que les permiten, de forma legal, reducir su factura fiscal. Trasladan el grueso de sus beneficios a países que ofrecen un tratamiento fiscal más beneficioso, como Irlanda, Holanda o Luxemburgo. De esta forma, establecen sus sedes europeas en estos países y abren filiales en el resto de los países. Estas filiales locales actúan como intermediarias o comisionistas, cobran por los servicios de apoyo que prestan a la matriz, que es la que realmente vende. Por eso, la mayor parte de los beneficios se quedan en la nodriza donde se ubica la sede europea.
El logro fiscal de hacienda
Además de las estructuras montadas, las tecnológicas se aprovechan de la dificultad que tienen los países para contestar, de forma clara y firme, a las siguientes preguntas: ¿Dónde tributa una compañía que hace negocio en Internet? ¿Dónde tiene su sede, donde genera el negocio, o donde incorpora el valor añadido? En un caso como el de Apple las preguntas incluyen: ¿Dónde debe pagar los impuestos? ¿Dónde fabrica, donde diseña, en el país que innova o en los que vende sus aparatos?
En España, Hacienda ha conseguido que Apple y Microsoft desembolsen cantidades significativas gracias a la realización de inspecciones fiscales de años atrasados. De momento, es la única forma de hacer que paguen más por los beneficios que obtienen en nuestro país. A modo de ejemplo, las filiales españolas de las cinco grandes mencionadas declararon en 2017 beneficios netos de 36.3 millones, un aumento del 11% con respecto a 2016, sin embargo, en 2017 pagaron 31.7 millones de euros por el impuesto de sociedades, un 8% menos que en 2016.
¿Qué es la Tasa Google?
Este problema se produce en todos los países de Europa por lo que ya hay en marcha un proyecto europeo de subir el impuesto sobre los servicios digitales, conocido como ‘tasa Google‘, también llamado «tasa GAFA» (GAFA en relación a las iniciales de las cuatro grandes tecnológicas -Google, Amazon, Facebook y Apple). Se trata de un impuesto pensado para contrarrestar el hecho de que las empresas convencionales paguen en Europa el 23,5% de media en impuestos, mientras que las tecnológicas pagan el 9,5%, según datos de la Comisión Europea.
No obstante, pese a que la mayoría de los países europeos coincide en la necesidad de implementar el impuesto, no llegan a un acuerdo sobre cuándo debería ponerse en marcha. En España, por ejemplo, el gobierno de Pedro Sánchez dice estar dispuesto a recaudar la tasa digital desde este mismo 2019, mientras que países como Alemania han propuesto esperar unos años y alcanzar un acuerdo entre todos los países de la OCDE.
La subida de impuestos propuesta por el gobierno de Pedro Sánchez tiene como objetivo recaudar unos 1.200 millones de euros, con la tasa Google, tal como quedó reflejado en los Presupuestos Generales del Estado aprobados el pasado mes de enero. De momento, a la vista de nuevas elecciones, la propuesta sigue sobre la mesa a la espera de luz verde para que se pueda aplicar.
